Proyecto Hodo
Los volúmenes de « Hôdo, la leyenda » son cuentos que se basan en la experiencia de los anteriores como cualquier saga, pero manteniendo cierta independencia para permitir al lector comenzar con cualquier volumen.¿Cómo podemos esperar que algún día el Hombre que todos llevamos dentro pueda liberarse del animal que también llevamos si nunca le contamos cómo funciona este admirable mecanismo que representa su sistema nervioso?
¿Cómo podemos esperar que desaparezcan la agresión destructiva, el odio, la violencia y la guerra?
¿No es esencial mostrarle cuán mezquinos y ridículos pueden parecer a los ojos de la ciencia los sentimientos que a menudo se le ha enseñado a considerar como los más nobles, sin decirle que es sólo porque son los más útiles para la conservación de los grupos sociales? Mientras que la imaginación creativa, una propiedad fundamental y característica del cerebro, a menudo, por decir lo menos, no es absolutamente necesaria para ser un hombre honesto y un buen ciudadano.
Henri Laborit
Nacimiento de una sociedad basada en « la inteligencia » siguiendo las ideas de Henri Laborit sobre la no dominación y el respeto a la evitación.
Para sobrevivir juntos en su nuevo universo, el capitán del barco imagina un estatuto que se adapta a cada miembro de su tripulación y establece las bases de la cultura Hodon, basándose en un estatuto que contiene diez artículos de ley. Nada más, precisamente para ser recordado fácilmente. Los primeros cinco artículos son, de hecho, el comienzo de los cinco artículos de la Carta de Hodo.
Historia de robots que se vuelven tan humanos que obtienen el estatus de « Homo Syntheticus ». Es una alegoría sobre el ser no agresivo y el hombre imaginante de Henri Laborit. Esta novela evoca por primera vez una moneda universal que será propuesta por los pioneros de Hôdo.
Pero se acerca el momento temido por los Hôdon: se restablecerá oficialmente el contacto con los habitantes de la Tierra, que hasta entonces habían creído en un fracaso de la misión de colonización. Los delegados de Hôdon se verán arrastrados a una guerra contra su voluntad.
El Homo Syntheticus, en su afán por convertirse en el ángel guardián del Homo sapiens al ser garante de la Carta Hodo, se involucra en la política para liberar a la humanidad de toda dominación. Descubre cómo las dominaciones se esconden detrás de verdades inquebrantables que imponen un único pensamiento incontestable.
Cuando diferentes formas de inteligencia tendrán que aprender a convivir a pesar de sus historias.
Se espera que un cataclismo acabe con la Tierra. Sólo un androide absolutamente imparcial intentará llevar a cabo la titánica operación de rescate que no puede salvar a todos.
Una jueza, víctima de los Dominadores del mundo, busca justicia. ¿Qué justicia encontrará al final?
Una de las particularidades de esta historia es que se desarrolla principalmente en Poitiers, mi ciudad de adopción donde planeo terminar mis días. Sin duda, es un Poitiers proyectado hacia un futuro lejano y, por tanto, una ficción que no se hará realidad, una leyenda que debe atribuirse a su Gran Dragón para pasado mañana.
La Tierra ha sido destruida. Entre los escombros, una entidad extraterrestre descubre a un androide que sobrevivió a la catástrofe.
Un humano, condenado al exilio por su fobia a los robots, y su androide carcelero se encuentran atrapados en una extraña estructura perdida entre todos los infinitos y todas las dimensiones. En este laberinto buscarán la manera de regresar a casa con la inesperada ayuda de extraterrestres que estudian este curioso universo.
Una organización internacional recluta a un par de androides para investigar el aterrizaje de extraterrestres. Su inteligencia artificial y su emocionalidad se ponen a prueba para evitar conflictos y crear nuevos lazos de amistad.
Las portadas se presentan de izquierda a derecha en el orden cronológico de su creación: ILV, Edilivre, autoedición. Los de ILV y los autoeditados fueron producidos íntegramente por el autor (y con un hijo en el último). Sus imágenes corresponden a los temas de cada novela que ilustran.
Nuestro planeta se quedo agotada. En un clima de lucha por el poder, guerra civil y terrorismo permanente nació el que seguramente es el último proyecto a escala planetaria: salvar a la Humanidad de una probable extinción. Muchas organizaciones, corporaciones, mafias, grupos políticos y religiosos se han convertido en « generosos » patrocinadores de la construcción más compleja jamás creada, un prototipo sin segunda oportunidad. Una nave espacial tendrá que transportar, a través de distancias nunca antes consideradas, a mil voluntarios designados hasta una estrella extremadamente distante que los astrónomos esperan que sea un planeta en el que la vida humana sea posible. La mayoría de los pioneros más o menos elegidos para ser los campeones de sus grupos son representantes fanáticos. Que sea antojo, cruzada, prudencia, estrategia política o publicitaria, todos tienen un objetivo ulterior en lo que todos consideran un fracaso casi asegurado. De hecho, si la nave espacial no es destruido durante el viaje, los viajeros se matarán entre sí, morirán por falta de recursos… A menos que…
El Livingstone, la nave espacial que lleva a los pioneros hacia Hôdo, es un Seamorgh'N, compuesto por astrolabios cuyo conjunto da como resultado un prisma hexagonal recto. Tres lanzaderas, los milanautas, están atracadas en Livingstone, donde en la imagen brillan puntos de luz. Livingstone es un juego de palabras. Es a la vez el conjunto de “living” y “stone” y un guiño a Jonathan Livingston(e), la gaviota.
¡Hôdo a la vista! La primera imagen, realizada con Gimp, muestra a Hôdo con sus dos lunas, Diana y Cristal. Este apellido se debe a que esta última luna es sólo una gigantesca bola de hielo. La siguiente imagen, realizada en 3D con Blender, también muestra el sol de Hôdo, Intirayo. Intirayo es la fusión de tres “soles”, el de los Incas, el antiguo Egipto y el Lejano Oriente.
Llegada a Hôdo y lugar de desembarco de los pioneros. La vegetación sólo emerge de las aguas y sólo los deltas y riberas de los ríos costeros son verdes, parecidos a los manglares. En otros lugares, el paisaje es desértico, porque la vida aún no ha conquistado toda la superficie del planeta.
Hôdo es un planeta inhóspito, muy húmedo, donde se desarrollan numerosos gérmenes y hongos, con vegetación y fauna casi ausentes, y esencialmente marina. Así debía ser la Tierra hace 300 millones de años. Y, sin embargo, sus habitantes, los Hôdon, colonos y antiguos habitantes de la Tierra, y muy a menudo antiguos enemigos, lo han convertido en un paraíso. En particular gracias a los patrones sociales establecidos por especialistas en comportamiento humano y ciencias cognitivas. Al mismo tiempo, los androides, que antes eran herramientas de lujo destinadas al servicio de unos pocos poderosos, han ganado conciencia. Habiéndose convertido ellos mismos en Hôdons por derecho propio, aportan a los humanos, los Órganos, su objetividad, su ausencia de juicio, prejuicios y tabúes.
Sesenta años después de la llegada de los primeros pobladores, la civilización Hodon creció. Los seres sintéticos y los humanos viven en simbiosis y se proponen expediciones para explorar su sistema. En el planeta vecino, varios descubrimientos arrojarán luz sobre la « prehistoria » de este nuevo mundo.
Estos androides (ginoides en las novelas) fueron creados en 3D con Blender (las fuentes se han perdido). Sus nombres, de inspiración japonesa, son respectivamente: Chika, Chowa, Heiko y Mohán.
Los Hôdones siempre están impulsando la exploración espacial. Un astronauta acaba encontrando un mundo donde existe una inteligencia, tan diferente y sin embargo tan trágicamente similar a la de los humanos. Los habitantes de Jikogu se descubrirán en el horror de la Historia de su mundo y en la esperanza de una « resurrección » con la ayuda del explorador Hôdon.
Se debe salvar a los terrícolas de una catástrofe cósmica. Un enorme objeto celeste chocará contra el planeta. Habra que evacuar el planeta como el Titanic. No todos pueden salvarse por falta de tiempo y recursos. Las elecciones son difíciles. Sólo el alma «pura» de un androide, libre de egoísmo, podrá asumir esta tarea casi imposible. Para lograrlo, contará con la ayuda de un pueblo de pobreza y destierro, a veces con un pasado pesado.
Rebecca, jueza de su estado, se transformó en un cyborg en contra de su voluntad. Ella sobrevive a la operación que fue casi un fracaso y decide castigar a quienes la transformaron.
Los exploradores extraterrestres acaban encontrando a los humanos que pudieron escapar a tiempo. Entonces comienza un período de tensiones que las « leyes de Hodo » propugnadas por los ángeles guardianes sintéticos deberían resolver para evitar que estallen guerras entre facciones « enemigas »:
Esta historia es al mismo tiempo, por un lado, una popularización poética de la 
Los extraterrestres han aterrizado en el